Como sucede cada vez que el campeonato decide quienes integrarán el equipo americano de la Copa Ryder, en el PGA Championship se juega un torneo aparte, solo que esta vez hubo que sumarle la controversia que crearon Tiger, O'Meara y Duval al exigir que los jugadores fueran recompensados con dinero por formar parte del equipo, dinero que ellos decidirían a que obra de caridad destinar. La reacción de algunos otros integrantes del equipo norteamericano no se hizo esperar, y Ben Crenshaw, capitán para la próxima edición, citó a los 16 jugadores con posibilidades a una reunión el día martes. Alli estuvieron los jugadores, el capitán y el presidente del PGA of America, Will Mann, entidad que tiene a su cargo la organización de la copa.
Lo que allí se dijo no trascendió oficialmente, pero pudo saberse que una vez que los "rebeldes" expusieron su postura, Davis Love III les salió al cruce diciendoles que ninguno de ellos necesita de esos cincuenta o cien mil dolares para hecer una obra de caridad. Mann volvió a explicar que hacía la PGA con los mas de 20 millones de dolares que deja la copa de ganacia, haciendo incapié en los programas que desarrolla la organización para llevar el golf a todas las clases sociales de los Estados Unidos. Parece mucho mas sensato que el dinero vuelva al golf que lo que dijo O'Meara, que declaró que el dinero él lo iba a destinar al colegio en donde va su hija, o Duval que pretende donar el dinero a un equipo de futbol de Jacksonville en donde juega un amigo suyo. El episodio pareció terminar allí, pero Crenshaw fue llamado a la sala de prensa y sin nombrar a ninguno de los jugadores se despachó con todo en contra de que alguién pueda recibir dinero por jugar la Copa Ryder. "Ha habido jugadores mucho mas grandes que ellos en el pasado que sentían un gran orgullo por representar a su país", declaró un emocionado Crenshaw. El tema siguió comentandose por toda la semana y seguramente habrá influido en O'Meara y Duval que nunca pudieron meterse en la lucha. Tiger pareció impermeable al problema y a pesar de no jugar bien el jueves, cerró la jornada con dos birdies que le dieron una ronda de 70 golpes. Al promediar la tarde una tormenta eléctrica obligó a suspender el juego por espacio de 45 minutos. En ese momento Sergio García se encontraba en el 16, 4 bajo par, empatado en la punta con Haas, Hayes y Weir que ya habían finalizado. Al regresar al campo, García anotó dos birdies mas para quedar solo en la punta.El viernes volvió a brillar Haas que mejoró su score del jueves y con 135 encabezaba el campeonato con uno de ventaja sobre Weir y dos sobre Tiger, que anotaba un brillante 67, pero la historia del día fue Hale Irwin. Ganador aqui en 1990, Irwin les mostró a sus jovenes companeros de juego que a los 54 anos todavía se puede seguir jugando. Su tarjeta de 68 impresionó a muchos, pero no sorprendió a quienes conocen a Irwin. "Por suerte se ha dedicado al Senior", dijo Corey Pavin, para agregar, "Hale podría seguir ganando en el tour si jugara regularmente".
Ese día fue también el el de la despedida para muchos nombres famosos. Leonard, Els, Maggert, Olazábal, por nombrar solo algunos no podían anotar los 146 golpes necesarios para jugar el fin de semana, pero la mayor frustración fue no ver a Watson. El único major que Watson no ha ganado en su carrera es este PGA y es muy probable que nunca lo haga. Esta semana jugó por una invitación especial y próximo a cumplir los 50 anos e incorporarse al Senior Tour, será muy dificil que Watson vuelva a tener la oportunidad. La tercera jornada marcó la desaparición de Irwin del tablero. Los tres putts del uno lo dejaron de muy mal humor y nunca pudo encontrar el ritmo, lo mismo que Jay Haas que padeció durante toda la vuelta con un putter que no funcionó como los primeros dos días.Las estrellas fueron Tiger (68), García (68), Weir (69) y Cink (68). Con Woods y el zurdo Weir empatados en la punta y García y Cink dos golpes atrás, todo hacía suponer que el ganador saldría de estos cuatro nombres.
Con el canadiense Weir saliendose muy rapido de la escena y Tiger anotando 33 de ida, el único que parecía querer pelearle el título era Nick Price. Habiendo empezado a 5 golpes de Tiger, Price, dos veces ganador de este campeonato en esta decada, se colocaba 5 bajo par para el día y 11 para el campeonato. Sin embargo el birdie de Tiger en el 11 y los bogeys de Price en el 12 y 13 lo dejaban a Woods con 5 de diferencia con respecto a García. Allí comenzó el verdadero campeonato. Tres puuts para Tiger en el 12, birdie para García en el 13 y un doble bogey para el lider en ese par 3 redujeron la diferencia a un solo golpe. El joven espanol no aprovechó el par 5 del 14 y al anotar un bogey en el siguiente le dió un respiro a Tiger. La emoción llegó a su punto culmine cuando García pegó un hierro 4 en el 16 desde una posición, que solo un discipulo de Ballesteros puede intentar. La pelota estaba pegada a un tronco, entre medio de raices y en donde lo mas aconsejable para cualquier mortal era sacar al medio. No solo el golpe era dificil, sino que corría peligro su integridad física si el palo llegaba a pegar contra el árbol. El "Nino" cerró los ojos y le tiró con todo. Sintió el buen contacto y salió corriendo para poder ver el destino de la pelota, que luego de volar las 186 yardas que la separaban del green, aterrizó mansamente en el green. Momentos mas tarde, Tiger se equivocaba de palo y anotaba un bogey en ese hoyo para quedar con un solo golpe de ventaja. García no pudo concretar birdies en los últimos dos capítulos y Tiger sorteó una situación complicada en el 17. Al pasarse del green en el par 3 su pelota quedó enterrada en el rough, desde donde solo pudo arrimarla a 2 metros. Esa fue la diferencia entre Tiger y García. El mejor jugador del mundo de la actualidad, y espero que los rankings así lo reflejen a partir de hoy, pego un putt sublime y la pelota rodó suavemente hasta desaparecer en el hoyo. El par del 18 estuvo asegurado cuando Woods encontró el fairway con su madera 3. El final nos mostró a un Woods mucho mas humano. La sensación de alivio cuando embocó el putt final nos mostró que sintió la presión como nunca, pero que pudo manejarla como siempre. Luego de su triunfo en el Masters sintió que debía ganar todos los torneos en que se presentaba. En estos 10 majors que pasaron desde su triunfo en Augusta, Tiger tuvo que aprender a tener paciencia, tuvo que aprender que muchas veces hay que aceptar un bogey y lo que es peor, tuvo que aprender a vivir siendo el eje de todo lo que sucedía en el golf mundial. En estos dos anos maduró mas que en toda su carrera. Se mudó a Orlando dejando la casa de sus padres, dejo de depender de la figura paterna como la había hecho durante toda su vida y está tratando, aun con los "inconvenientes" de ser Tiger Woods, de vivir la vida que un chico de 23 anos tiene que vivir. El PGA Championship de 1999 quedará en la historia como el comienzo del duelo que todo el golf esperaba. El verdadero duelo. Ese que se da en los grandes campeonatos y no en los partidos armados para la televisión. Duelos como los que protagonizaron Hogan y Sneed, Nelson y Hogan, Palmer y Nicklaus, Nicklaus y Trevino o Watson y Nicklaus Esta vez le tocó alzar la copa a Tiger, pero él y García están aquí para quedarse por muchos anos y eso es bueno para el golf.
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